Oraciones De Santa Brígida A Las Cinco Llagas De Cristo

oraciones a santa brigida

En aquel tiempo, había asimismo una profetisa, Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser, de edad avanzada; tras casarse había vivido siete años con su marido, y continuó viuda hasta los ochenta y 4 años; no se separaba del Templo, sirviendo a Dios noche y día en ayunos y oraciones. Como se presentara en aquella hora, alababa a Dios y hablaba del Niño a todos los que esperaban la redención de Jerusalén. Me alegra que te hagan bien, Trinidad, Dios te bendiga.

• Socorredme para resistir al demonio, la carne y al mundo.

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La Oración Del Santurrón Del Día:

Gloria y alabanza os sea dada, mi Señor Jesucristo, que fuisteis enviado por el Padre al cuerpo de una Virgen, quedando, no obstante, con el Padre siempre en el cielo, y permaneciendo con su divinidad el Padre en vuestra Humanidad sin separarse de Vos en el planeta. Honra y gloria os sea dada, mi Señor Jesucristo, que habiendo sido concebido por el Espíritu Beato en el vientre de la Virgen, crecisteis corporalmente, y en él con humildad habitasteis hasta el tiempo del parto, y tras vuestra dichosa Natividad les dignasteis ser tocado con las purísimas manos de vuestra Madre, ser envuelto en pañales y reclinado en un pesebre. Dios reveló a santa Brígida esta oración, en la cual es alabado Jesucristo devota y encarecidamente con una narración puntual de su gloriosa encarnación y de todos los hechos, trabajos y dolores de su historia y de su muy santa muerte, de su ascensión a los cielos, de la venida del Espíritu Santurrón a sus acólitos, etc.

Habéis manifestado no tener mayor deseo que el de mantenerse en medio de los hombres, en la tierra. Los amáis hasta el punto de asumir la naturaleza humana, en la plenitud de los tiempos, por amor a ellos. Acordaos de todos y cada uno de los sufrimientos que habéis permitido desde el momento de Vuestra Concepción y singularmente a lo largo de Vuestra Sagrada Pasión; así como fue decretado y ordenado desde toda la eternidad, según el plan divino. De tu costado perforado por un soldado con la lanza, ha brotado sangre y agua, hasta no quedar en tu cuerpo gota alguna. Al final, como un haz de mirra, elevado a lo alto de la Cruz, la muy fina y delicada carne tuya fue destrozada; la sustancia de tu cuerpo fue marchitada; y disecada la médula de tus huesos.

Meditaciones Del Vía Crucis Dictadas Por Nuestra Señora

Con su marido Ulf, gobernador esencial de un distrito del Reino de Suecia, vive un matrimonio feliz y de fe. “La vida de Brígida fue de oración, de escucha del Evangelio, meditó sobre la Pasión de Nuestro Señor, de donde se definió su carisma de unidad, paz y solidaridad”. En memoria de esta gran clemencia que tuviste, que muy bien pudiste publicar a todo aquel mundo malvado a los abismos infernales con un solo acto de tu poderosa voluntad, por aquella tan grande misericordia que superó a tu justicia divina, concédenos una contrición especial y la remisión total de nuestros errores, desde el primero hasta el último, y que jamás volvamos a ofenderte. Padre Eterno, admite como dignas, por las pretensiones de la santa Iglesia y como expiación de los errores de toda la raza humana, la preciosísima sangre y el agua que manó de la herida del Sagrado Corazón de Jesús. Sé misericordioso para con nosotros.

En todas nuestras casas practicamos la hospitalidad, ofrecemos nuestro servicio de humildad, caridad y sencillez con el objetivo ecuménico, dice la Madre Hilaria, y añade que en la Casa Generalicia en la Plaza Farnese, Santa Maria Elisabetta Hesselblad durante la Segunda Guerra Mundial ocultó a bastante gente, sobre todo judíos. Fue una mujer valerosa y fuerte, con un enorme amor por el Señor, que la empujó a obrar el bien, ayudó a los pobres con la acogida, con su enorme amor que se veía en su rostro y en sus obras. El regreso del Papa a Roma centra su misión y la de su contemporánea, santa Catalina de Siena. Brígida ve efectuarse ese deseo resumidamente, ya que Urbano V vuelve a Roma sólo por un corto periodo.

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San Judas Tadeo, tú que confesando el nombre de Cristo consumaste el sendero de la vida bajo los golpes de los palos, ruega por nosotros. 3) Invicto campeón de la fe, admirable San Judas, desde el prominente trono que mereciste por tu apostolado y calvario, acoge, por tu patrocinio en la vida y en la desaparición, la súplica que te dirijo en la presente necesidad Padrenuestro, Ave María, Gloria. 4) Ni la fe es útil, ni la caridad es honesta si no se corresponden con las buenas proyectos.

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En este tiempo redacta asimismo santa Brígida la Regla para su proyectado monasterio, y recibe otra serie de revelaciones divinas con el encargo de dar a conocer su contenido, como de esta manera lo hace, una vez lograda la oportuna licencia de los obispos suecos a quienes consultó. De conformidad con lo que se le había revelado, se dirigió amonestando a los monarcas, a los nobles y al mismo clero, a fin de que llevaran una vida mucho más de acuerdo con la moral cristiana; a los reyes de Inglaterra y de Francia, a fin de que hicieran la paz; al Papa, para que abandonase la ciudad francesa de Aviñón y regresara a Roma, verdadera cabeza de la cristiandad. Por tu Dolorosa Muerte; te suplicamos, Oh Rey de Santurrones y Arcángeles, que nos confortes y nos ayudes a soportar al planeta con sus fallos, a Satanás con sus pérfidas, y a la carne con sus vicios, para que así, muertos a los contrincantes de nuestras ánimas, vivamos solamente para Ti. Por eso te suplicamos, Oh Dulce Redentor y Salvador, que en el momento de nuestra muerte recibas nuestras pobres almas desterradas que vuelven a Ti. Ayúdanos, Oh Señor, a tener siempre presente ante los ojos de nuestro espíritu, un leal recuerdo de tu Pasión, para que el fruto de tus sufrimientos se vea continuamente renovados en nuestra alma, y a fin de que tu amor se agrande en todos y cada momento cada vez más y más en nuestro corazón, hasta el momento en que llegue aquel feliz día en que te veamos en el cielo, y ser uno contigo, que eres el tesoro y suma total de todo gozo y bondad. ¡Oh Jesús, Oh esplendor de la eternidad!

Haz, oh, infatigable Apóstol, que imitándote, no seamos cristianos solo de nombre, sino más bien también de obra. 2) Muchas son nuestras pretensiones, nuestras patologías de espíritu y cuerpo. Piadoso Apóstol San Judas, ayúdanos a todos el esperar en los méritos infinitos del divino Salvador Jesús. Ruega por nosotros, a fin de que antes de la muerte podamos espiar todos nuestros errores con un sincero arrepentimiento y recibir dignamente los santos sacramentos. Ruega por mí, que soy tan miserable; haz uso del especial privilegio a ti concedido de llevar a cabo llegar de manera visible y rápida la asistencia donde es tan urgente.

HIMNO A SAN CONRADO Adelante será nuestro grito. San Conrado, el portero bendito, que derrama torrentes de luz. Tú la cuna de nuestros amores, tú la cumbre de nuestra grandeza. HIMNO A SAN CONRADO. Adelante será nuestro grito.

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